La Importancia de la
Motivación a la hora de Realizar Ejercicio Físico y el Papel del Entrenador
Personal
Amilcar Cano de Dueñas.
La sociedad actual en la cual
vivimos y la Educación Física, son un binomio constante e inseparable.
Ya desde los primeros
tiempos, la destreza física era un ideal aceptado por los ciudadanos, y la
buena forma física, una necesidad para los soldados.
La Educación Física es un
pilar fundamental para mantener el cuerpo en forma y para poder conseguir tener
la mente despejada y relajada, gracias a la adrenalina que se gasta.
Las exigencias que nuestra
rutina diaria nos plantea, hacen que el ciudadano común necesite desestresarse
y poner en forma a su cuerpo para poder aguantar las duras horas de trabajo. Y
para conseguir esto contamos con el ejercicio físico (con los entrenamientos
deportivos), los cuales no solo nos ayudan a moldear el cuerpo, sino que
también nos ayudan a fortalecer nuestra mente y de esta forma evitar caer en
situaciones de stress o de nervios.
De ahí la necesidad de que la
formación y preparación física del ciudadano común, sean capítulo importante en
su vida diaria, y la importancia de una correcta asistencia sanitaria en todos
los aspectos.
Tener siempre una óptima
forma física es de todo punto necesario.
Tanto es así que, que incluso
en el Ejército, la importancia de la preparación física aparece recogida en sus
Reales Ordenanzas”… el mantenimiento de la aptitud física deberá ser
preocupación constante del que ejerce la profesión de las armas” (Art. 212).
«el militar se esforzará en alcanzar una sólida formación moral e intelectual,
un perfecto conocimiento de su profesión y una adecuada preparación física, que
le permitan cumplir sus misiones con la debida competencia y actuar con
eficacia en el combate»; haciendo referencia posteriormente a la resistencia
física y a la conveniencia de practicar algún tipo de deporte.
Pero en este punto nos
encontramos con uno de los grandes problemas de nuestra sociedad, y es el “trabajo”. Actualmente, una persona
común suele trabajar mínimo 8 horas, pero luego llega a su casa y necesita
continuar haciendo cosas (limpieza de la casa, cuidado de los niños, prepararse
para unos exámenes, etc…), lo que hace que dicha persona no tenga ni ganas ni motivación para realizar
ejercicio físico, mediante la práctica de un deporte o mediante el seguimiento de una tabla de entrenamiento que
un entrenador personal cualificado
le ha redactado y que le modifica con sus continuos controles.
Este es uno de los motivos
por los cuales ha surgido la figura del entrenador personal, el cual tiene como
uno de sus cometidos motivar al deportista a que siga practicando ejercicio y
siga esforzándose en conseguir sus objetivos.
Pero antes de llegar al
entrenador personal necesitamos un objetivo, muchas ganas de conseguir ese
objetivo y de esforzarnos y por supuesto mucha motivación (toda persona tiene
que buscar cuál es el deporte que le motiva, porque lo que no le motiva a uno,
puede ser que si le motive a otro).
La motivación no es un
concepto sencillo. Para los psicólogos es difícil describir el impulso que
existe detrás de un comportamiento. La motivación de cualquier organismo,
incluso del más sencillo, solo se comprende parcialmente; implica necesidades,
deseos, tensiones, incomodidades y expectativas.
El comportamiento subyacente
es movimiento: un presionar o jalar hacia la acción.
Esto implica que existe algún
desequilibrio o insatisfacción dentro de la relación existente entre el
individuo y su medio: identifica las metas y siente la necesidad de llevar a
cabo determinado comportamiento que los llevará hacia el logro de esas metas.
Clasificación De Las Motivaciones
Son numerosas las
clasificaciones sobre la motivación, por lo que aquí solo se tratará de
mencionar las básicas y a partir de allí citar algunas ideas para generar
motivación laboral (realización de ejercicio físico).
En los seres humanos, la
motivación engloba tanto los impulsos conscientes como los inconscientes, las
teorías de la motivación, en psicología, establecen un nivel de motivación
primario (satisfacción de necesidades elementales) y un nivel secundario
referido a necesidades sociales (el logro o el afecto).
Son numerosos los criterios
que pueden utilizarse para clasificar la motivación. Consideraremos algunas clasificaciones
básicas para la discusión general del tema.
Motivación extrínseca y
motivación intrínseca.
La motivación puede tener dos
fuentes.
Puede emanar de las
necesidades internas del individuo o de las presiones y los incentivos externos.
De allí deriva la existencia de 2 clases de motivación: extrínseca e
intrínseca.
La motivación extrínseca es
originada por las expectativas de obtener sanciones externas a la propia
conducta. Se espera la consecución de una recompensa o la evitación de un
castigo o de cualquier consecuencia no deseada. En otras palabras, la conducta
se vuelve instrumental: se convierte en un medio para alcanzar un fin.
O puede tratarse de evitar
consecuencias desagradables (negativa de aumento salarial, rechazo de los
otros).
La motivación intrínseca
(MI) es originada por la
gratificación derivada de la propia ejecución de la conducta.
La conducta es expresiva: es
simultáneamente medio y fin. Por ejemplo la realización de un trabajo
desafiante para el cual se tiene las aptitudes necesarias, hace que la
actividad sea satisfactoria.
La motivación extrínseca
(ME) depende
de otro, distinto del individuo
actuante... este otro puede percibir o no la conducta. O puede evaluarla según sus propios estándares, de tal forma que no hay garantía de que el comportamiento
que el individuo cree adecuado conduzca
al logro del objetivo que promovió dicho comportamiento.
Contraria a la MI, la
motivación extrínseca pertenece a una amplia variedad de conductas las cuales
son medios para llegar a un fin, y no el fin en sí mismas.
El estudio de la motivación
extrínseca introduce la perspectiva conductista al estudio de la motivación. El
conductismo no niega que la conducta tenga causas internas, pero sus defensores
consideran que las causas fundamentales de la conducta se encuentran fuera y no
dentro de la persona. Según este enfoque, el dinero, las recompensas y las
amenazas de castigo son todas fuentes de motivación extrínseca y cada uno
explica en gran medida por qué la gente va a trabajar, por qué hacen los
deberes y por qué realizan una gran variedad de conductas. Por otra parte el
estudio de la motivación intrínseca representa una tradición de investigación
que ha evolucionado casi a contracorriente con el enfoque conductista. Los
teóricos proponen que los seres humanos son inherentemente activos e
«intrínsecamente motivados». Para explicar por qué las personas realizan ciertas
conductas cuando las recompensas y castigos extrínsecos son mínimos, los
teóricos de la motivación intrínseca hablan de la importancia de necesidades
psicológicas tales como la competencia y la curiosidad.
Motivación positiva y
motivación negativa.
La conducta que la motivación
produce puede estar orientada a alcanzar un resultado que genere alguna
recompensa o puede estar dirigida a evitar alguna consecuencia no deseada.
Ello da origen a la
motivación positiva y a la motivación negativa.
La motivación positiva es un proceso mediante el cual el individuo inicia,
sostiene y direcciona su conducta hacia la obtención de una recompensa, sea
externa (un premio, verbigracia) o interna (la satisfacción derivada de la
ejecución de una tarea). Este resultado positivo estimula la repetición de la
conducta que lo produjo. Sus consecuencias actúan como reforzadores de tal
comportamiento.
La motivación negativa es el proceso de activación, mantenimiento y
orientación de la conducta individual, con la expectativa de evitar una
consecuencia desagradable, ya sea que venga del exterior o del interior de la
persona. Este resultado negativo tiende a inhibir la conducta que lo generó.
En la actualidad las
diferentes concepciones no recomiendan la utilización de la motivación
negativa. Algunos especialistas destacan que el castigo puede surtir efecto en
el corto plazo, pero a largo plazo puede originar recurrencia de la conducta
indeseada, reacción emocional no deseada, conducta agresiva destructiva,
desempeño apático y falta de creatividad, temor al administrador del castigo y
rotación y ausencia laboral.
Micro motivación y macro
motivación
El nivel de motivación
resulta afectado por los valores sostenidos por la cultura de la sociedad en la
cual se desenvuelve, por ello se debe distinguir entre micro motivación y macro
motivación.
La micro motivación es el proceso a través del cual las organizaciones crean
un conjunto de incentivos materiales, sociales y psicológicos, para generar en
los trabajadores conductas que le permitan satisfacer sus necesidades y
alcanzar las metas organizacionales. El enriquecimiento de los puestos, los
incentivos salariales forman parte de este tipo de motivación.
La macro motivación es un proceso, generalmente no planeado, mediante el
cual la sociedad transmite ciertos mensajes que el individuo ha internalizado y
que le permite formarse una idea sobre sí mismo y sobre el trabajo,
influenciando sobre los niveles de motivación individual.
El ejército puede ser
considerado como una gran representación de la sociedad actual, en el sentido
de que al ser una organización grande nos encontramos con gran variedad de
personas. En relación al tema que nos afecta, dentro del ejército nos podemos
encontrar con personas que les guste hacer ejercicio físico, personas que solo
hacen ejercicio físico cuando se les obliga, pero que no llegan al extremo de
odiar dicho ejercicio físico, personas que ni les gusta ni les disgusta hacer
ejercicio físico y personas que no les guste realizar ejercicio físico.
A tenor de lo anterior, descartando
al grupo de deportistas de élite y semiprofesionales, el resto de individuos
podrían ser clasificados en tres grandes grupos:
a) Aquellos que realizan
ejercicio físico por una motivación intrínseca o por una motivación positiva
interna. (Aquellos individuos que realizan ejercicio físico por encontrarse en
forma y por mantener un buen nivel de salud)
b) Aquellos que realizan
ejercicio físico por una motivación extrínseca o por una motivación positiva
externa. (Aquellos individuos que no realizan principalmente ejercicio físico
para mantener una buena forma física o un buen nivel de salud, sino que realizan
ejercicio físico única y exclusivamente por conseguir un fin concreto, pasar una
oposición, poder satisfacer la necesidad de conseguir renovar su contrato,
conseguir un complemento monetario, etc… Pero esta gente en el momento que
consiguen su objetivo dejan de realizar ejercicio físico).
c) Aquellos que se encuentran
en una situación intermedia, de forma que dependiendo del momento, pertenecen
al grupo a) o al grupo b). (Individuos que dependiendo de su situación actual y
de su estado de ánimo, se mueven por motivaciones intrínsecas o extrínsecas).
Diferentes autores han
propuesto distintas formas de ver el ciclo de la motivación. Chiavenato , Kast
y Rosenzweig , Davis y Newstrom y Gibson, presentan sendas propuestas para
ilustrar el proceso motivacional.
En un intento de integrar de
manera sencilla los planteamientos básicos de estos autores, proponemos un
modelo de siete etapas:
a. Conciencia de la necesidad
b. Transformación de la
necesidad en un deseo específico
c. Identificación del
incentivo que satisface el deseo
d. Selección del curso de
acción que conduce al incentivo
e. Inicio y mantenimiento de
la conducta orientada a alcanzar el incentivo
f. Consecución del incentivo
deseado
g. Satisfacción de la
necesidad
Podemos decir entonces que la
motivación es anterior al resultado, puesto que esta implica un impulso para
conseguirlo; mientras que la satisfacción es posterior al resultado, ya que es
el resultado experimentado.
La motivación se inicia
cuando el individuo toma conciencia de alguna carencia que debe llenar o de
algún desequilibrio que desea corregir (en relación al tema del asunto, podría
ser el hecho de notarse uno mismo que todos los días se encuentra cansado y
fatigado, que tiene kilos de más y necesita adelgazar, que sus compañeros
tienen hobbies y el no, etc…).
Sin esta experiencia
psicológica, aún cuando la necesidad objetivamente exista, no hay motivación.
Esa necesidad se filtra a través de la cultura, que ofrece una gama de
alternativas para satisfacerla, espectro que normalmente varía entre una y otra
sociedad.
Así, la necesidad se
convierte en un deseo específico. Con ese deseo por satisfacer, el individuo
localiza en su entorno organizacional o social el o los incentivos que lo
colmarán.
Si no existiera tal
incentivo, el simple deseo no producirá conducta alguna y el proceso
motivacional se interrumpiría.
Una vez precisado el
incentivo u objetivo a alcanzar (en el caso de un individuo normal puede ser el
conseguir hacer una distancia x en
un tiempo y, ser capaz de jugar un partido de padel, etc…), la persona selecciona
un curso de acción que lo conducirá hasta esa meta (debo comenzar a aprovechar mi
tiempo libre, sacando alguna hora para realizar ejercicio físico, y siempre que
pueda debo de seguir un plan de entrenamiento específico planificado por un
entrenador personal y esto lo debo de complementar con una alimentación sana).
Luego, inicia la conducta
dirigida a la conquista del citado incentivo y persiste en ella hasta
alcanzarlo (tomarse en serio la realización de la práctica deportiva e intentar
mejorar en las pruebas que no supero).
Si lo logra, el individuo
satisfará la necesidad que originó el ciclo. Si algún obstáculo impide el logro
del objetivo sobreviene la frustración.
En general, el individuo por
naturaleza es “vago”, y una vez que ha conseguido su objetivo o unos de los
objetivos parciales, suele dejar de hacer su trabajo, disminuyendo considerablemente
su capacidad de sacrificio (todos sabemos que seguir un plan de entrenamiento
es muy duro y requiere mucho sacrificio, y una vez que hemos conseguido un
objetivo, intentar el siguiente que aún es más duro, se nos suele hacer cuesta
arriba).
Para poder solucionar este
problema y poder conseguir que la gente continúe realizando ejercicio físico
para estar en forma, es necesario que los entrenadores personales en sus
respectivos escalones, sean capaces de inculcar a sus deportistas los
beneficios de la realización de ejercicio físico de forma que se consiga una
motivación intrínseca en ellos lo que ayudará a conservar en el tiempo este
hábito.
CONCLUSIONES
La motivación en el trabajo
puede concebirse como un proceso mediante el cual se activa, se mantiene y se
dirige la conducta hacia el logro de ciertas metas que satisfacen necesidades
importantes del individuo y a la vez permite el logro de las metas
organizacionales.
La motivación, en general, es
un fenómeno complejo por la variedad de formas como los motivos se expresan y
se combinan para producir una determinada conducta. El proceso motivacional
puede ser visto como un ciclo que va desde la conciencia de una necesidad hasta
el logro de los incentivos que la satisfacen.
En la actualidad, muchos de
los individuos que realizan en ejercicio físico acaban abandonando du práctica,
ya que desde un primer principio se mueven por motivación extrínseca (he
perdido los 5 kilos que me sobraban y ya no necesito hacer deporte). Esto hace
que dicho individuo solo permanezca en buena
forma física por un periodo muy limitado (lo que dure la obtención del
objetivo).
Pero lo que el entrenador personal tiene que
conseguir es que dicho individuo este constantemente en forma con lo cual debemos
intentar concienciar al individuo de los beneficios de la realización del ejercicio
de manera que consigamos que esto no suponga un esfuerzo para él y lo quiera
realizar por la gratificación derivada de la propia ejecución de la conducta
(motivación intrínseca) de manera que consigamos que se enfrenten al deporte
por la gratificación de superarse a sí mismo y no por el temor a no conseguir
un objetivo.
Por todo esto, uno de los
cometidos principales de un entrenador personal es ayudar al deportista a
conseguir sus objetivos, teniendo en cuenta que en todo entrenamiento se sufre.
Pero por eso el entrenador tiene que estar ahí, para animar y motivar a seguir con los
entrenamientos.
Las personas extrínsecamente
motivadas actúan para conseguir motivadores extrínsecos tales como dinero,
elogios o reconocimiento social.
Las personas intrínsecamente
motivadas realizan actividades por el puro placer de hacerlas. Las personas a
las que se les ofrecen fuentes de motivación extrínseca por participar en una
actividad que ya es intrínsecamente interesante tienen menos motivación
intrínseca por esa actividad, especialmente cuando la recompensa extrínseca es
esperada o tangible.
Hay determinadas cuestiones
que todo entrenador personal puede realizar para fomentar la motivación en sus
dirigidos:
- Hacer interesante el
trabajo (modificar constantemente los ejercicios y no repetir los mismos por un
intervalo de tiempo muy prolongado), evitando que la rutina lleve rápidamente a
la apatía y al aburrimiento.
- Relacionar las recompensas
con el rendimiento. Las mismas no son solo salariales, pueden incluir mejoras
en marcas, o algún reconocimiento formal.
- Tratar a los deportistas
como personas. Esto es de suma importancia ya que la tendencia actual es tratar
al “empleado” como una cifra más de la institución o dentro de nuestro grupo de
trabajo.
- Retroalimentación precisa y
oportuna: es preferible un comentario de rendimiento negativo que ningún
comentario ya que en éste caso el deportista sabrá que hacer para mejorar.
La Educación Física es un
pilar fundamental en la preparación y formación del individuo, constituyendo un
valioso patrón de medida de la capacidad de sacrificio y de la capacidad moral
del individuo dentro de la sociedad.
Para más información consulta
mi blog:
entrenadorpersonalsonseca.blogspot.com.es
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